viernes, 21 de noviembre de 2014
Poesía, puerta a otros mundos.
En 2011 recibí la información sobre las Olimpíadas Colegiales de Poesía de la Asociación de Poetas Argentinos. Era de fácil participación y una gran ocasión para resignificar la materia Lengua.
Llevé la convocatoria al aula, algunos alumnos se mostraron interesados, otros preguntaron qué había de premio, otros apáticos como siempre en la hora de lengua. Implementé la técnica de taller literario, sólo en secundaria, porque esa vez, no me animé a incursionar con adultos. Les daba vergüenza leer sus producciones. Yo los alentaba a sacar su timidez. Los que quisieron participar eligieron qué poesía mandar a la primera instancia, y quedamos a la espera, pero sin desesperar.
Durante agosto, recibí la noticia: dos alumnas habían quedado seleccionadas para la etapa final nacional a realiza en la Legislatura Porteña. Era viajar 800km, lo que implicaba gastos, papeles pero estábamos en el baile y había que bailar, mejor dicho escribir. Llegamos a la fecha, emociones, nervios, padres orgullosos. Ninguna de las alumnas poetisas conocía Buenos Aires. Yo, que amo viajar, hice de guía de turismo. Luego de la competencia recorrimos el Cabildo, la Catedral, San Telmo, Florida, shoppings. Disfruté de haberlas llevado, gracias a sus poesías, a conocer Capital, ciudad que conocían por fotos y televisión. Una de las alumnas había escrito sobre la muerte y a nuestro regreso, me entero que hacía un tiempo, esta alumna había perdido a su novio en un accidente de trabajo. La vida, la muerte, la poesía, los vínculos, el superarse, todo en este concurso colegial de poesía.
Con la experiencia del año anterior, en 2013 me animé a participar con adultos, y supe convencer a más alumnos de Secundaria. Envié cincuenta poesías enviadas a la primera instancia. Ese año quedaron nueve finalistas de entre los 12 y los 50 años. Todo un desafío. ¿El mayor de ellos? Conseguir dinero para una combi. Luego de hacer rifas, locros, etc. llegamos al día de la final. Esta vez logramos dos menciones en Adultos con caligramas. Felices, cansados, eufóricos, recorrimos Museo del Bicentenario, San Telmo, Shopping del Abasto. Este viaje los ayudó a mejorar su autoestima, a vincularse mejor con ellos mismos, a saber que la poesía los podría llevar lejos, que representaban a su ciudad. Fueron reconocidos por medios de comunicación locales, y por un diputado provincial.
En 2013 nueve alumnos a la final. La crisis que venía nos hizo dudar y trastabillar con nuestro sueño. Pero pudimos desembarcar en Buenos Aires. La experiencia fue perfecta porque pudimos, por causalidad o casualidad, participar de la elaboración, junto al orfebre Pallarols, de un mate para el Papa Francisco. Emoción.
Soy feliz porque mi tarea de docente salió del aula. Fui feliz viendo las caras de aquellos que por primera vez veían el Obelisco. Fui feliz viendo a padres orgullosos. Fui feliz viendo que mis alumnos aprendían historia, allí, donde esta transcurrió. Fui feliz de saberme motivadora y propulsora de actividades que enriquecían almas y elevaban espíritus. Fui , soy y seré feliz siendo docente.
Prof. Luján Avalos.
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